martes, 21 de febrero de 2012

Apuntalando los cimientos de la crisis con la reforma laboral

Había una vez un reino llamado Panderetaland, corrían tiempos difíciles, su rey, Mariano Zapateiro I, veía cómo sus arcas y las de sus nobles se quedaban vacías, ya que cada vez menos súbditos eran podían pagar tributos.

Hace años, todo era un vergel de riqueza, los mercaderes traían las mas lujosas telas, especias, metales, pieles…, y crearon una floreciente industria manufacturera. Todo el mundo tenía trabajo en esta nueva industria, además, todos los súbditos pudieron acceder a bienes de lujo antes reservados para los más pudientes, ya que, como nunca iba a faltar trabajo, los mercaderes daban crédito a sus clientes, y de esta forma, un aprendiz de orfebre podía comprarse un espléndido caballo de carreras para cortejar a las doncellas, ya que el criador de caballos sabía que nunca le iba a faltar trabajo, y que podría pagarlo poco a poco. Los nobles y el rey se daban los caprichos que querían, que si un castillo por aquí, que si una vía para las carretas para ir a ver a mi primo… Los cambistas, que atesoraban el dinero, promovían todo esto, subvencionando las múltiples caravanas de mercaderes a tierras lejanas para traer las preciosas materias, daba igual cuán lejos estuvieran y cuán peligrosas fueran las expediciones.

El dinero fluía como una riada.

Pero no se sabe qué pasó.

De repente, unos de los cambistas más importantes, los Hermanos Manleh, que eran reconocidos en todo el reino por su valentía en los negocios, dijeron que habían perdido todo el dinero de sus clientes, habían financiado una costosa expedición hacia Manchuria para conseguir nosequé fabulosa lana, así como otras tantas expediciones a otros fantásticos lugares, que nunca regresaron, además de las abultadas comisiones de los intermediarios. Los hermanos habían perdido todo el dinero de sus clientes, todo, pero ellos, y sus intermediarios, fueron inteligentes en no arriesgar su propio dinero, ya que ellos se llevaban una comisión por cada transacción que realizaban en nombre de sus clientes, no necesitaban invertir.

Todos los cambistas, viendo lo ocurrido, dejaron de subvencionar estas costosas expediciones, y al dejar de llegar todos estos preciosos materiales, toda la industria que vivía de su manufacturación, se quedó sin trabajo. Y el aprendiz de orfebre, se vio mendigando y con un caballo de carreras que no podía ni pagar ni alimentar.

Los cambistas, como vieron que los negocios cerraban, ya no querían arriesgar. Pero los nobles y la corona estaban acostumbrados a un ritmo de vida, y necesitaban de los tributos de sus súbditos para poder pagar a todos los cortesanos, pero, si no había producción, no había ingresos, y el pueblo pasaba hambre.

Pero de repente a Mariano Zapateiro I se le ocurrió una excelente idea, cultivar las montañas y los pantanos, eran terrenos peligrosos, pero de esta forma, la gente que no tenía trabajo podría tener un medio de subsistir, muchos súbditos fueron expulsados de sus ricas tierras hacia las montañas y los pantanos, mientras que en las tierras ricas, donde antes metían una familia y le daba para comer y algún que otro capricho, ahora había dos familias que debían trabajar el doble para poder comer.

De esta forma la corona y los nobles volvieron a tener dinero de los tributos, ya que era mejor cobrar  impuestos de mucha gente que de poca. Los gremios volvieron a florecer con sus antiguas industrias, pero pudiendo pagar a sus aprendices lo justo para subsistir, y los cambistas pudieron seguir atesorando el dinero de los súbditos del reino.

Las arcas de Panderetalandia, poco a poco, consiguieron estabilizarse, los súbditos tenían que trabajar de sol a sol para poder sacar adelante a sus familias, pero por lo menos podían sacarlas adelante. Los gremios volvieron a sus antiguas producciones de botas de cuero, ollas, etc. Los nobles y la corona pudieron tener ingresos para mantener a su corte, aunque sus criados ya no vivían en casas sino en establos. Y los cambistas volvieron a financiar proyectos seguros.

Pero nadie se dio cuenta de que el el problema del reino de Panderetalandia no se produjo porque los súbditos trabajasen poco, o porque los súbditos cobrasen mucho. El problema se produjo por la avaricia de los cambistas que arriesgaron el dinero de sus clientes en expediciones costosísimas e inciertas.

Y como nadie se dio cuenta de esto, quince años después los cambistas habían olvidado lo que les pasó, y volvieron a darse cuenta de que los verdaderos beneficios no estaban en las buenas inversiones, sino en las comisiones de esas inversiones, y volvieron a invertir en arriesgados proyectos que comenzó a demandar la corona y los nobles.

Y todo volvió a caer y a repetirse.

Y con esta segunda crisis los súbditos ya no tenían para comer ni con las áridas tierras que cultivaban, ni aunque trabajasen de sol a sol, no podían ni comprar un abrigo, ya que ni el aprendiz de sastre cobraba lo suficiente para comprar uno. Los cambistas se habían forrado otra vez con las comisiones de las arriesgadas inversiones, dinero de los miles de súbditos que a duras penas conseguían acumular. La corona y los nobles tenían las arcas otra vez vacías, y necesitaban subir los impuestos, y los súbditos tuvieron que pasar hambre para mantener la la corona y sus cortesanos, porque no se podía dejar ‘caer el reino’.

¿Que os he querido contar con esto? pues que la reforma laboral apuntala los cimientos de la crisis, no ataja sus causas.

¿Cómo se hubieran atajado sus causas?
  • Si Mariano Zapateiro I hubiera juntado a los cambistas y les hubiera dicho ‘A partir de ahora vais a responder con vuestros bienes de vuestras pérdidas, y además vais a reportar directamente a vuestros clientes dónde invertís su dinero y qué hacéis con él’.
  • Si Mariano Zapateiro I hubiera quitado el estatus de noble a todo el mundo, con los derechos que ello daba.
  • Si Mariano Zapateiro I hubiera eliminado los condados y marquesados que existían por todo su reino, con sus propios ‘minireinos’, que exigían tanto dinero de las arcas para mantenerse.
  • Si Mariano Zapateiro I, aprovechando la orografía de su reino, hubiera potenciado la producción de algún tipo de bien exportable (por ejemplo, energía) para que sus súbditos pudiesen ser competitivos en algo.
  • En definitiva, si Mariano Zapateiro I hubiera pensado en el bienestar de sus súbditos en lugar del bienestar de sus arcas reales…

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