lunes, 16 de enero de 2012

Bancos, megacorporaciones y otras alimañas de mal vivir.


Todos, poco a poco, nos estamos dando cuenta de quienes han sido los que han provocado la crisis, y quienes son los más beneficiados por ella: los bancos y grandes corporaciones. La casta política son simples títeres.

(…si, suena a conspiranoia, lo sé…)

Y… ¿cómo hemos llegado a esto? Miremos un poco hacia atrás…

El Neoliberalismo… y la madre que lo parió.

A mediados del siglo XX surgió una corriente ideológica económica, basada en el Liberalismo Económico del siglo XIX, que se basa en la potenciación de la propiedad privada e individual, y que las fuerzas económicas privadas deben actuar sin ningún tipo de restricción, limitando de forma radical el poder del Estado.

Hay que tener en cuenta en la época en la que surgió el Liberalismo Económico, una época donde la Revolución Industrial estaba en pleno auge, donde la burguesía emergente alcanzaba más y más poder, y se necesitaba acabar con el absolutismo del estado, representado por la figura del rey, donde todo lo que decía iba a misa. Dentro de lo que cabe es lógico que pensasen así, prácticamente no existía la democracia, y querían libertad para sus negocios.

Después del Liberalismo Económico apareció otra corriente económica, el Keinesianismo, que surgió por la Gran Depresión de los años 30, en la que postulaba justo lo contrario, Keines decía que en épocas de crisis el Estado debía controlar la economía y promocionar el gasto, en principio con gasto público, que inyectaría liquidez y movimiento en la economía.

Después de la crisis del 73 el modelo Keinesiano cayó en desgracia, al no poder dar solución a la crisis, aunque esta crisis tuvo un origen completamente diferente, y fue porque la OPEP decidió no exportar petróleo a los aliados de Israel durante la guerra de Yom Kippur, y los aliados fueron… EEUU y europa occidental.

Y apareció nuestro amigo Milton Friedman, curioso que su apellido sea ‘Hombre Frito’, porque ha sido quien nos ha frito a todos. Este economista volvió a la carga con las teorías económicas liberales, pero en este caso se llamó Neoliberalismo, que es la base del sistema capitalista actual, de esta forma, el Neoliberalismo promulgaba las siguientes políticas:
  • Políticas monetarias restrictivas: aumentar los tipos de interés para reducir la inflación, esto tenía un efecto adverso, que era que disminuía el crecimiento económico.
  • Políticas fiscales restrictivas: aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos sobre la producción y la renta, es decir, machacar a los consumidores finales y reducir las cargas sobre los productores. Además reducir el gasto público.
  • Liberalización: permitir el libre movimiento de bienes, productos y dinero.
  • Privatización: como se supone que la iniciativa privada es más productiva, pues a privatizar se ha dicho.
  • Desregulación: eliminar todas las reglas que regulen la actividad económica.
Es decir, con la crisis actual… ¿cómo se está aplicando el Neoliberalismo en cada uno de estos puntos?
  • Se bajan los tipos de interés para, aun pudiendo provocar inflación, potenciar la economía.
  • Se suben los impuestos, el Estado necesita pasta… Nuestra pasta… Porque no creas que se crea un impuesto a las transacciones y especulaciones bancarias, que con eso se ganaría millones para la sociedad, pero es contrario al principio de Desregulación.
  • Gracias a la liberalización de los mercados las economía occidentales no son competitivas en la producción de ABSOLUTAMENTE NADA. Se han llevado la producción a países emergentes, y estos son los que ahora mismo ni se enteran de la crisis.
  • Estamos viendo día tras día cómo las empresas y bienes públicos se venden a allegados de la casta política.
  • Todos los beneficios especulativos y producidos por entidades financieras están prácticamente exentos de control y tributación.
Ya, ya, pesao, pero… ¿cómo hemos llegado a esto?

Desde los años 70, con la entrada del Neoliberalismo en los puestos importantes en la gestión de la economía, es decir, los ministerios de Economía y Hacienda del mundo occidental, se empezaron a eliminar todas las trabas a la libre circulación de bienes y servicios, se eliminaron aranceles, y de esta forma las grandes corporaciones pudieron producir sus bienes donde los recursos fuesen más baratos.

En un principio se pensaba ‘llevamos la producción allí pero nosotros tenemos la tecnología’, pero, vamos a ver, los chinos no son tontos, y poco a poco comenzaron a tener su propia tecnología, copia de la occidental, en un principio con menor calidad, pero más barata. Mucho más barata.

De esta forma actualmente el mundo occidental no somos competitivos en nada, bueno, en servicios, pero eso es de momento, ya que con la reducción de los costes de las telecomunicaciones los servicios se están llevando también a países más ‘competitivos’, ya lo estamos viendo en los Call Centers de las grandes compañías teleoperadoras, que ya están en sudamérica, aunque el servicio que den sea de ínfima calidad.

Vale, la parte de culpa de que no somos productivos la tienen las empresas que se han llevado la producción a países con costes bajos, ¿y que culpa tienen los bancos?

Pues bueno, todos sabemos que la culpa es de ellos, pero… ¿porqué?

Con la liberalización de la economía los bancos comenzaron a inventarse un juego muy lucrativo: las inversiones. No estoy hablando sólo de las inversiones en bolsa, sino de todo tipo de inversiones, que al común de los mortales nos parecen estridentes, como su invento más maquiavélico: los derivados (algún día escribiré un artículo de los subterfugios de esto, para flipar). Un derivado, por ejemplo, un futuro (una de las figuras de los derivados), es como si vamos a la frutería y le decimos al frutero ‘te compro un kilo de naranjas dentro de un año a 1,5 €’, si al cabo de un año las naranjas valen 2 €, entonces hemos ganado 0,5 €, curioso, ¿no?

Bueno, al turrón, que me disperso.

Con la economía globalizada, sin regulación, y la presencia de los productos financieros derivados, los bancos, cuya función inicial era guardar el dinero de los clientes, facilitar su movimiento, e invertir en operaciones seguras, para sacar rentabilidad para ellos y sus clientes, entraron de lleno en el juego que ellos se inventaron.

Convirtieron las hipotecas en activos financieros, y las pusieron en juego en el mercado de derivados, de esta forma un banco podía vender derechos de cobro futuro sobre hipotecas. Además en la época del boom económico se potenció el uso de comisiones para los ejecutivos bancarios que consiguiesen mayor número de contratos.

¿Qué ocurrió? Pues que se daban préstamos e hipotecas a diestro y siniestro, sin importar el riesgo, ya que el ejecutivo de la banca cobraba por volumen de contratos, y si alguno no podía pagar el préstamo a él no le quitaban nada, genial, ¿no?

Esta fue la época en la que si alguien se iba a comprar una casa de 300.000 € le daban 30.000 más para un Audi, total, si las casa no van a bajar…

En esos tiempos los amigos se reían de mí cuando yo les decía ’esto va a explotar, y cuando explote se va a liar pardísima’, todo el mundo estaba endeudado hasta los ojos, pero había dinero.

Y de repente todo explotó, los bancos se dieron cuenta de que ya no tenían dinero, y cortaron el grifo del crédito.

Sin crédito las pequeñas y medianas empresas quebraron.

Se inyectó dinero de los contribuyentes a los bancos para que volviesen a dar crédito y reactivasen la economía.

Pero como los bancos no son ONGs siguieron sin dar créditos.

Inmovilizaron sus bienes inmobiliarios para que no cayesen los precios de estos y perdiesen dinero.

Al dejar de dar créditos, aumentó el paro, ya que cerraron muchas empresas y las que quedaron tuvieron que reducir plantilla.

Al aumentar el paro, y los consumidores ver que se cerraba el grifo del crédito el consumo se contrajo.

Al contraerse el consumo cerraron más empresas y despidieron a más trabajadores.

Al haber más paro, el consumo se redujo más.

Al haber más paro, el gobierno, acostumbrado a los ingresos de la época de bonanza, y unos gastos acordes con estos ingresos, entró en déficit (es decir, más gasto que ingresos).

Al entrar en déficit aumentó los impuestos para aumentar la recaudación.

Al entrar en déficit recortó el gasto.

Al recortar el gasto público echaron a más trabajadores, de empresas que dependían de contratos con el Estado.

Y así seguimos, y sin esperanzas de salir de esta.

En otro post pondré lo que creo que podría solucionar esto, pero para esto se necesitaría una revolución (guillotinas incluidas).

Un saludo y gracias por vuestro tiempo.

1 comentario:

  1. Están muy bien tus entradas
    El problema es que los españolitos no encanta comer mierda y mientras sigan culpando a Zp pues mal vamos
    Miki, saludos

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